¿Qué ofrece la Smart City?
Da respuesta a las necesidades de los ciudadanos mediante aplicaciones tecnológicas. Por ejemplo, los usuarios pueden estar conectados a sus viviendas, de manera que si salimos de casa sin apagar la luz, la vivienda la apagará por nosotros. Esto suena algo lejano, pero en la práctica tenemos otras aplicaciones que ya existen en las ciudades. Un claro ejemplo de ellos son los portales de información abierta y en tiempo real donde el ciudadano puede contactar con la Administración.
Las aplicaciones más utilizadas tienen que ver con el ocio, la cultura y el medio ambiente. Por ejemplo, los ayuntamientos de muchas ciudades han desarrollado apps con rutas turísticas interactivas que ponen a disposición del ciudadano información relativa a su ciudad, así como vías de contacto con otras personas y organismos.
¿Existen ejemplos de ciudades inteligentes reales?
En Europa encontramos dos ciudades ejemplares en esta materia: Ámsterdam y Copenhague. Ambas apuestan por la sostenibilidad medioambiental, especialmente por el uso de la bici. En España, encontramos ejemplos de aplicaciones inteligentes en ciudades como Madrid o Barcelona. Esta última cuenta con un
portal exclusivo donde explica a sus habitantes qué ventajas ofrece Barcelona como Smart City.
¿Cómo son los edificios de una Smart City?
Los edificios están totalmente conectados a sus inquilinos mediante sistemas de domótica y aplicaciones móviles. Gracias a esta tecnología, podremos programar que los aparatos electrónicos se apaguen si nos los dejamos encendidos, por ejemplo. Pero no sólo estarán optimizados en cuanto a la tecnología, sino que también cumplirán con los requisitos de sostenibilidad y eficiencia energética. Sus
fachadas, ventanas y sistemas de energía estarán adaptados a las necesidades de las personas, cuidarán del medio ambiente y proporcionarán un importante ahorro energético.